lunes, 12 de septiembre de 2011

PERDIDOS EN TOKIO

El suelo se cimbraba en intervalos, mientras innumerables alarmas de autos y alaridos de horror parecían competir por darle la bienvenida. Pero el gigantesco reptil ni siquiera les dirigió la mirada mientras arrasaba el distrito financiero.

DURO DE MATAR

Su boca arrojó espuma con sabor a sangre y cianuro. Mientras corría en la nieve, las balas silbaron a sus costados. Un proyecil lo derribó. Entonces su cuerpo fue el blanco de una ráfaga de bastonazos, hasta que todo fue negrura.

Las gélidas aguas lo despertaron aguijonándole como mil espinas. Mientras se hundía, envuelto en un tapete, Rasputín se arrepintió de haber aceptado esa invitación a cenar.

CASABLANCA

Ella lo hacía sentir joven de nuevo. No era si cuerpo lo que le excitaba, era algo más... tal vez su mirada, sus varios años menos o el simple hecho de que pertenecían a dos mundos distintos. 

Al terminar, Mónica se puso de pie, alisó su vestido azul y salió por la puerta, mientras Bill pensaba que, aunque fuera en secreto, eso era el inicio de una hermosa amistad.