jueves, 23 de julio de 2009

¿POR QUÉ SIGO DESPIERTO?

Ah, no sé, tal vez sea la ansiedad que me provocan las medicinas para la gripa (en los casos rudos me hacen doblar los dedos de mis pies en forma de garra).
¿O será que estoy dándome cuenta de que ya va una semana de vacaciones y la he sentido como un pestañeo?
¿Acaso será que después de irme de campamento con César y Mau, y haberme quemado a lo bruto mi adorable cuerpecito, no quiero pasarme hora y media buscando una postura en la cama para evitar el dolor de la sábana sobre mi piel que ahora tiene color de salchicha cocktail? Tan sólo la idea de quitarme la ropa para ponerme el mameluco me causa terror.
¿Será que desde mañana y hasta el domingo tengo que estar en un evento promoviendo la revista, que el lunes me voy a la playa unos días y regreso el sábado para estar en OTRO evento durante el fin de semana para promover la revista?
¿Será que tengo que corregir un texto pendiente para la revista y escribir el mío antes del domingo? ¿Será que no he sacudido mi cuarto como en dos meses? ¿Será que Miss Pucca se enojó conmigo hace rato? ¿Será que no puedo estrenar mi nueva playera de Flash Gordon porque no hallo tiempo para hacer ejercicio y bajar la panza?
¿Será que mis vacaciones no se están sintiendo como de costumbre? ¿Será que mi mundo se derrumba?
Definitivamente, necesito mi remedio contra cualquier crisis: un capítulo de Friends (o dos, o tres, o cinco, como me ha sucedido en mis épocas más oscuras).