jueves, 13 de enero de 2011

EL RESPLANDOR

La campanilla del despertador repiqueteó. Era la sexta mañana de agosto.

Dio un salto de la cama, no quería llegar tarde al trabajo.Volteó y la vio dormida, sonriente: la noche anterior había aceptado casarse con él.

Se bañó y vistió a toda velocidad, tomó su casco y salió del departamento. Apenas dio tres pasos, sintió que ya la extrañaba y regresó a besarla.

Hikaru miró su reloj: eran las ocho y quince. Un tic tac después, la explosión atómica devoró la ciudad.