La noche del domingo, que pasamos en Mazunte, fue memorable no sólo porque comimos como Porky's sino por la lentitud del servicio.
A veces se nos olvida que no necesitamos hacer todo a la carrera como en la ciudad, y que en la playa el tiempo transcurre leeeentamente.
Entre que pedimos nuestra comida y nos la sirvieron pasó facilmente una hora.
Pero que rico estuvo...
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