Cansada de maquilar calzado de imitación veinte horas diarias, tomó de la mano a su hermanito, aprovechó el descuido del guardia en turno, cruzó el cuarto de máquinas, donde los marineros dormían borrachos, subió la escalera y abrió la escotilla.
El Mar de China los ahogó de libertad.
1 comentario:
Muy bueno, cada vez les das más abstracción, vientos Tovalo,Jawa de Hutt de petatiux, jajaja.
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