La campanilla del despertador repiqueteó. Era la sexta mañana de agosto.
Dio un salto de la cama, no quería llegar tarde al trabajo.Volteó y la vio dormida, sonriente: la noche anterior había aceptado casarse con él.
Dio un salto de la cama, no quería llegar tarde al trabajo.Volteó y la vio dormida, sonriente: la noche anterior había aceptado casarse con él.
Se bañó y vistió a toda velocidad, tomó su casco y salió del departamento. Apenas dio tres pasos, sintió que ya la extrañaba y regresó a besarla.
Hikaru miró su reloj: eran las ocho y quince. Un tic tac después, la explosión atómica devoró la ciudad.
2 comentarios:
Es uno de mis cuentos favoritos, pero es tan triste T^T sniff
tambíén es de mis favoritos, ranilla :)
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