Los astros se alinearon y mis ganas de hacer el ridículo cantando frente a un público agresivo se unieron con la buena onda de mi amigo Giacomo Marino, quien se ofreció a conseguirnos prestado el bar de sus papás, en la Zona Rosa.
Así que pues todos los interesados en pasar un rato agradable, pueden quedarse viendo el programa de Kendra en cable.
El resto, o sea aquellos que también estén urgidos de hacer el oso (expresión ochentera que denota mi edad) pueden confirmar por medio de este blog, en mi celular o al correo jorgetovalin@gmail.com
No habrá cover y cada quien paga su consumo, o sea que estará chido.
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